A continuación dejo un texto que redacté para otro lugar, pero como me gustó tanto lo publicaré aquí.
"Ya llevo un tiempo recavando información. Un profundo estudio hecho por mí mismo. Un exhaustivo recuento de experiencias, pesares, amores y desamores de las mujeres. Llevo estudiando mucho tiempo acerca del tipo de hombre ideal para una mujer. Ese hombre con el que sueñan día a día y que esperan encontrar en alguno de sus inciertos parajes, en alguna etapa de su vida. Ese hombre que las hará cambiar, que la hará sentir especial, única e inigualable, es decir, el siempre bien ponderado “príncipe azul”
Es muy divertido oírlas decir que ese hombre les cambiará la vida, que olvidarán todo por él, que comenzarán de cero, un nuevo comienzo en sus vidas. También me divierte mucho saber como debe ser ese hombre tan especial, ese “príncipe de ensueño”.
“Así debe ser mi hombre ideal” he oído muchas veces. “Con un hombre así yo me caso de inmediato” otras tantas más, y muchas más frases para el bronce que estoy seguro uno ha escuchado en más de una ocasión.
Pero es en este punto donde me entra una duda del porte de un buque. Una duda que aún no entiendo del todo, pero gracias a mis profundos estudios ya he podido hacerme una referencia, una vaga idea del porque de esta cuestión, de este secreto, de este misterio de la ciencia femenina.
Mujeres del mundo!!! Díganme ¿Por qué chucha cada vez que tienen a ese hombre delante suyo uds. sólo se resignan ante él y lo evitan, evaden o simplemente no lo aceptan y lo reclaman como suyo? ¿Por qué cada vez que aparece un buen prospecto de “príncipe azul” se rinden y no hacen algo por reclamarlo, por agarrarlo y no dejarlo ir?
Por favor, respóndanme por qué sólo miran a ese hombre y le dicen “Es que tú eres muy bueno para mí”, “No te merezco”, “No puedo estar contigo. No creo ser merecedora de semejante hombre” y por último, la más común, la más mañosa, irritable, frustrante y maricona respuesta que jamás en sus putas vidas deben decir “Es que prefiero tenerte como amigo. Eres demasiado bueno para mí y no quiero perderte”
Realmente no entiendo a las mujeres!!! No sé como cresta lo hacen!!! Realmente no lo comprendo. Prefieren tener al hombre de sus sueños alejado de ellas por siempre, evitarlo de alguna manera y dejarlo “sólo como amigo”. Y claro, cada vez que se meten con un hombre, lo hacen con aquel patán al que reniegan siempre. Ese hombre que es incapaz de amar, infiel, mentiroso, borracho, baboso, obsesivo, celoso, antipático, irritable y por sobre todo indiferente [digo indiferente al final, porque dentro de mi profundo estudio supe que lo que más odia una mujer de un hombre, es la indiferencia. También, por alguna extraña razón que aún no tiene explicación lógica por parte del género femenino, es la cosa que más les gusta de un hombre].
Algo debe tener ese patán de especial que las hace recaer una y mil veces. Cada vez que salen con algún hombre que les llama la atención, ellas saben muy bien que es un patán, que las hará sufrir, que las engañará, que les mentirá como si nada, y dejan tirado y relegado al pobre “príncipe azul”. Resignado y confundido, pues él sabe que es superior al patán que se llevó el “premio”, a aquella mujer a la que estaba dispuesto a amar por sobre todas las cosas, a quererla, a respetarla, a nunca mentirle, a nunca herirla ni hacerla sufrir.
Uds. se lo pierden, estúpidas mujeres. Uds. serán las que estarán llorando en un par de días más por la culpa de ese patán. Serán uds. las que se preguntaran una y otra vez “Por qué no me quede con mi príncipe azul. Él si estaba dispuesto a todo por mí”. Como diría el conejo “mala cuea numas”. Acéptenlo, son más estúpidas de lo que saben y aparentan.
Lo que más risa me causa este profundo estudio, que hice tan exhaustivamente, es que todo esto empezó porque de alguna extraña razón me considero ese “príncipe azul”. No por lo físico, ni por el dinero, pues es lo que menos tengo, sino que por las actitudes y aptitudes, lo bondadoso y hacendoso, y, por supuesto, por mi capacidad de amar, ya que debo admitir que soy un maldito ser en extinción. Cuando amo, no puedo engañar, no puedo hacer sufrir ni tampoco priorizar. Es mi debilidad, debo admitirlo. Lo sabes bien ¿No es así?
Un baboso príncipe azul!!!"