martes, 8 de abril de 2008

Respuestas

Sabes

Aún no entiendo que significas para mí. No sé si serás un fantasma que recorre mi mente sin parar y me penas en momentos en que ni siquiera te he llamado o visto, o si simplemente eres, como muchos ya me han dicho "la mujer de mi vida".

Las malditas cosas [Sí. digo malditas, porque son cosas que no puedo controlar] que siento por ti no sé si serán obsesión, obstinación, el berrinche de un niño que aún no quiere crecer, o acaso lo que un hombre piensa que todo tiempo pasado fue mejor... o quizás, como muchas veces me lo han hecho saber, el deseo de un hombre que aún está loco de amor.

Recuerdo como una vez ambos llorábamos en la costanera, uno abrazado del otro, moqueando como niños desamparados y prometiéndonos toda una vida por delante... Saber que esa vez eras tú la que me pedía por favor que nunca la deje y yo que te juraba desde alma que nunca lo haría, que nunca nada cambiaría entre nosotros, eso sí, juraba sólo por mí... y sé que de cierta manera, muy dentro mío, tú prometías lo mismo hacia mí.

Mira... realmente no sé que es lo que quieres tú de mí ni yo que es lo que espero de ti. Ambos sentimos las mismas cosas, sé que tú aún me quieres con una fuerza similar a la que tenías antes y así mismo yo para contigo. Eso no lo podemos cambiar. Y si me permito decir que este tiempo de separación ha hecho más fuerte esos lazos debido a los obstáculos y pesares… no creo que esté del todo equivocado

No sé porque cresta nos hacemos esto. Te haces daño separándote de mí y de igual manera me lastimas con tu indiferencia y tozudez y aún así, yo aún me recuesto sobre mi, muy a veces estúpido, practisismo y no veo las secretas confesiones que me dices de las cuales no suelo entender un ápice, porque como buen marciano, no entiendo venusino. Realmente no sé porque quieres probar si soy yo el indicado para ti, si soy tu "príncipe azul". Eso lo debes saber bien tú misma y nadie más que tú. No entiendo el porqué a tantas pruebas del corazón, no sé que es lo que quieres lograr apartándote de mí de esta manera, haciendo todo tan difícil para mí, siendo tan complicada para mi mundo. Me siento frustrado al no poder entenderte. Tú muy romántica, yo tan práctico. Tú tan delicada, yo tan duro. Tú tan bella, yo tan aweonado. Tú de Venus, yo de Marte.

Cuando nos separamos bajamos los brazos al mismo tiempo, esperando que el otro atinara y se diera cuenta de que lo que estábamos haciendo era equivocado. Estábamos esperando que el otro se diera cuenta del error que cometíamos y, que de cierta manera, se reviviera la bella relación que teníamos en un principio. Lamentablemente ante eso no puedo excusarme, soy un maldito marciano que sólo piensa en lo práctico, lo sabes bien, siempre he sido así; el problema aquí es que yo no he aprendido a leer entre líneas aún, esas entrelíneas que tan sutilmente me dejas esparcidas por las diferentes páginas de tu vida y que yo con mucha suerte y siempre ayudado por un bello guía me doy cuenta que están ahí. Yo bajé mis brazos, porque pensé que eso era lo que tú querías, que esa era la manera correcta de asumir la vida, que debía seguir sin ti, porque así tú lo quisiste y nunca se me ocurrió que podría ser una manera venusina de decir “Oye wn! Atina! No me dejes partir así, o a caso no ves que es sólo una prueba? Juégatela, hazme sentir protegida y amada”… Lo siento, pero no lo vi venir.

Me disculpo por no entender tus mensajes a tiempo. Me excuso por no tener el coraje suficiente de decir te quiero cuando debía hacerlo. Lamento no ver más allá de mi nariz cuando estamos juntos y no identificar esos gestos que llaman al abrazo, al recogimiento y protección. Realmente siento en el alma el no entender tus razones del porqué estamos así. Mi corazón se desgarra cada vez que escucho tu nombre y pensar que escogimos caminos diferentes, aceras distintas, de las cuales vamos siempre pendiente de la del frente, pues sabemos que si miramos al otro costado, nuestras miradas chocarán sin obstrucción alguna.

Hablar con el corazón me cuesta mucho, hace mucho que no lo hago, hace tanto ya que ni siquiera recuerdo muy bien como hacerlo. Muchas veces hablo con la cabeza, diciendo cosas que estoy seguro no quieres oír. Suposiciones mías, estupideces dirás tú, muchas veces erradas, otras no tantas, pero que son una manera de expresar lo que siento por ti, ya sean enredadas o no. Soy un maldito marciano práctico, lo siento.

No te quiero perder, no quiero verte en brazos de alguien más, ni tampoco pensarlo, a veces te quiero para mi solo. Tenerte en un lugar donde sólo yo tenga la llave de acceso, saber que al abrir esa puerta podré tocarte, olerte, sentirte, jugar al cíclope, bailar tango, acariciar tu pera, besarte y hacerte el amor cada vez que quiera. Quiero que de nuevo me cantes canciones de amor al oído.

Por favor, dame un indicio de que tú piensas igual. Que tú también me quieres tener en una pieza sólo para ti, no compartirme con nadie, bailar tango, olerme, sentirme, que te haga dibujitos estúpidos que demuestran mi amor por ti, hundir tu cara en mi pecho y hacerme apasionadamente el amor. Dime que soy yo esa persona que estás esperando, dime que me esperarás para esa fecha y te esperaré, dime que quieres ahora y me tendrás o es acaso tan difícil de entender. O es que no ves que me derrito por ti?

Por favor permíteme agregarle hojas a ese libro que dejamos inconcluso aquella vez y reescribir esa historia llena de vida y amor que tanto nos apasionó algún día. Llenar ese libro con aquellos borradores y croquis desesperados que muchas veces hemos hecho. Agregarle más capítulos a esa novela de amor, continuar la historia; o simplemente optar por lo sano y escribir una segunda parte, aquella continuación en donde el protagonista ahora está gordito, barbón y más loco que nunca y donde la musa está más bella, inteligente y enojona.

Dame una señal, pero que sea en marciano. Yo busqué por mis medios aprender un poco de venusino y creo que di en lo correcto, interpreté atinadamente todo lo que quisiste decir. quizás un poco tarde, pero lo logré. Y es así como te pido que seas más clara y precisa, que aprendas un poco de marciano y de cuales son nuestras costumbres. Ingéniatelas de la misma manera que yo me las arreglé para entender, aunque sea por un breve instante, lo que hacen y sienten uds. en Venus. No te vayas con rodeos, no me dejes así, no me embriagues más con tu perfume, que ya estoy demasiado mareado como para continuar.

No te imaginas lo mucho que te quiero, venusina de mi corazón.

Te quiero cincuenta y uno!!!